El occidente capitalista, colonialista e imperialista -EEUU y su subordinada Europa-, están en franco retroceso militar, económico, político, y cultural.
La acumulación de capital de ese occidente capitaneado por los EEUU solo se sostiene y ha sostenido históricamente con el saqueo, expolio del colonialismo e imperialismo y, en definitiva, la guerra, para apropiarse de las materias primas, recursos y mercados. La crisis de la civilización occidental, del capitalismo, no la pueden resolver más que con la guerra, están con presupuestos de guerra.
Hoy día, EEUU y la Unión Europea no tienen capacidad para ser competitivos frente a otras economías en sostenida expansión, como la China, que ha crecido su PIB los últimos 30 años a una media 12,6 %, mientras que EEUU lo ha hecho a una media de 3,5. Así, la economía China ha crecido 3,5 veces más como media que la de EEUU y de manera sostenida en los últimos 30 años. Actualmente la economía China es la segunda del mundo y está reduciendo distancia y alcanzando a la norteamericana, de tal manera que todas las previsiones y estudios coinciden en que alcanzará y rebasará a la norteamericana en las próximas décadas. Mientras tanto, ya en desarrollo científico e innovación tecnológica, China está superando a EEUU en este campo determinante para el desarrollo y acumulación de capital, tanto en trabajos de investigación, calidad de los mismos, aplicación, inteligencia artificial, patentes, etc.
Europa en particular, además, tiene a sus estados del bienestar incluso raquíticos o en proceso de desmantelamiento, lo que le representa un freno a la acumulación del capital. Por ejemplo, tan solo Europa tiene el 50 % del gasto social mundial, lo que hace que su economía pueda ser y sea menos competitiva y disponga de menos recursos para la innovación tecnológica que otras, como la China.
En el campo político, las llamadas democracias liberales y sus gobiernos dirigentes tienen una previsión de sus políticas con un horizonte, como máximo, de las próximas elecciones y no tienen una planificación de la política y la economía para las próximas generaciones o décadas, como sí tienen, por ejemplo, los dirigentes chinos. La influencia y hegemonía postcolonial política, económica, cultural de E.E.U.U. y Europa en África, Latinoamérica, Asia, … en definitiva en el mundo, está siendo disputada, en franco retroceso y decadencia, si no sustituida por otros como China en un mundo más multilateral, donde las relaciones se basan más en el intercambio y acuerdos comerciales que en la tradicional injerencia e infiltración imperialista yanqui en los asuntos internos de esos países bajo su hegemonía, la desestabilización política y económica de los mismos, si no cumplen con las reglas del imperio, la amenaza y el chantaje de guerra híbrida del imperio (militar, económica, cibernética, cultural,…) para imponer esas reglas y leyes favorables al imperio y así apropiarse de los recursos naturales, materias primas y mercados de los países dominados, periféricos, colonizados.
EEUU ha perdido prácticamente todas las guerras que ha iniciado desde la de Vietnam hasta la última de Afganistán, con la salida vergonzante, desorganizada, caótica, improvisada, pasando por Irak, Libia, Siria, otras en África, etc, que manifiestan el proceso de decadencia y pérdida de la hegemonía a nivel mundial de EEUU y sus subordinados aliados europeos. Sí, las políticas europeas son de absoluta subordinación hacia EEUU porque las instituciones y estructuras políticas y económicas Europeas, sus burguesías y capitales, junto con sus estados del bienestar, fueron reconstruidas, construidos y apoyados por los EEUU tras el fin de la II guerra mundial para hacer frente y parar el avance y hegemonía soviética y de los partidos comunistas europeos entre las poblaciones y clases obreras de Europa, para evitar revoluciones, ascensos al poder de esos partidos comunistas o de la clase obrera europeos. Ahora, bajo pleno capitalismo sin cortapisas, ya se tiene que cumplir inexorablemente su ley, la ley del valor, por la cual el capitalismo tiende a remover todos los obstáculos a la circulación y acumulación de capital. Por todo ello, el destino de Europa y sus instituciones políticas y económicas está totalmente ligado al de EEUU y a su declive y posible hecatombe o implosión.
En este marco, la clase dirigente de EEUU, su burguesía monopolista e imperialista, no va a aceptar este proceso de pérdida de su posición de privilegio, de hegemonía mundial, sin más; por eso se vuelven más agresivos, militaristas y peligrosos si cabe, incrementan sus preparativos bélicos, el número de países bajo su hegemonía militar en la OTAN, su infiltración, subversión e injerencia sobre sus estados satélites y subordinados y, sobre todo, incrementan sus gastos militares y exigen e imponen a sus aliados subordinados el incremento de sus gastos militares hasta llegar al menos al 2 % de su PIB. En este contexto, es obligado y necesario, para los capitales europeos, el desmantelamiento del estado del bienestar, de acuerdo a las leyes del capitalismo y es también obligado el seguidismo de las políticas de guerra yanquis, por el origen y gestación de las burguesías europeas por los EEUU, los incrementos de presupuestos militares, sanciones económicas, suministro material bélico, etc. En definitiva, estamos en guerra y pagando con nuestra vida esta guerra, con más paro, más precariedad, más inseguridad laboral, menos derechos, más recorte y privatización de pensiones, sanidad y educación, más desigualdad, etc. Todo ello está provocando y va a provocar cada vez más sufrimiento a los pueblos y clase obrera europeos. Mientras, los grandes capitales cada vez más grandes, en España, las empresas del IBEX han incrementado sus beneficios un 20 % durante 2022 y, prácticamente, ese mismo porcentaje se dan en pérdida del poder adquisitivo de la clase obrera.
En este contexto, se agudiza y acelera la crisis del régimen parlamentario liberal burgués en Europa. Por un lado, tenemos la realidad antes descrita que viven y sufren los pueblos Europeos, junto con el militarismo y aumento de los presupuestos militares y represivos, acorazamiento de los estados, leyes mordaza, cuerpos policiales que reprimen las protestas populares frente a las políticas de capital de desmantelamiento del estado del bienestar, como vemos últimamente en Francia. Y, por otra parte, tenemos el discursos oficial europeísta y la promesa o “contrato social”, que “vende” y presentada Europa como un espacio de relativa democracia, libertades, derechos humanos, prosperidad, crecimiento económico y bienestar social. La contradicción entre realidad y contrato social quebrado para las poblaciones europeas abre un abismo entre los pueblos y sus clases dirigentes, entre los de arriba y los de abajo. En los momentos de crisis, cuando el pueblo y los trabajadores están peor de lo que nunca antes han estado, cuando la siguiente generación sabe a ciencia cierta que vive y vivirá peor que la anterior, es el momento pre-revolucionario. Y, como decía, Lenin, cuando los de abajo no están dispuestos a seguir siendo gobernados como hasta ahora, y los de arriba no pueden seguir gobernando como hasta ahora, se empiezan a dar condiciones pre-revolucionarias.
En esta situación, la salida política que históricamente las clases dominantes dan favorable a sus intereses, a mantener sus privilegios, a mantenerse en el poder y a salvar el sistema, son dos posibles, dependiendo del grado de intensidad, profundidad y cualidad revolucionaria de las luchas y protestas populares y revolucionarias, que son: la socialdemocracia o el fascismo. La “alternativa” del fascismo resulta evidente y conocida: la represión hasta llegar a la dictadura terrorista con el genocidio de la oposición política e ideológica que no se encuadre estrictamente con las políticas e intereses del capital. La “alternativa” socialdemócrata en síntesis, se puede resumir en la frase de Varoufakis, el ministro de economía del gobierno Griego de Alexis Tsipras, cuando en la crisis de deuda hace aproximadamente una década, decía, “a pesar que es lo que más odiamos, hemos venido a salvar al capitalismo”, y la historia ha demostrado que vinieron a salvarlo. Por ahora, son estas posiciones y políticas, socialdemócratas, reformistas, oportunistas, las que encabezan y dirigen mayoritariamente las luchas, aunque tenemos la ventaja de que están ocupados y preocupados en la disputa por los puestos, cargos en las instituciones políticas del estado, y como además están en los gobiernos, cada vez van quedando más en evidencia sus contradicciones, sus objetivos y su verdadera naturaleza.
Así, que de nuevo, nos surge la pregunta, ¿y ahora qué? O ¿Qué hacer? La crisis de principios del siglo XX trajo la revolución bolchevique, la crisis de la II guerra mundial trajo la revolución China, Cubana, Vietnamita,… Para decantar hacia donde vaya esta actual crisis y guerra capitalista, si hacia la liberación del capital o a su sometimiento todavía más, será determinante la hegemonía en la dirección de las luchas, si sigue dirigiendo la socialdemocracia, el reformismo, el oportunismo y la extrema derecha o las posiciones revolucionarias, anticapitalistas, comunistas… La contradicción vuelve a ser, no ya reforma o revolución, como planteara Rosa Luxemburgo hace más de un siglo, sino, y ya un paso más con la antagonización de las contradicciones capitalistas, extinción o revolución, a todos los niveles, del planeta, de los seres vivos, de los seres humanos y de las organizaciones obreras y de clase.
Aquí volvemos también a la actualidad del pensamiento del Blas Infante revolucionario, por ejemplo, cuando concluía su obra la La dictafdura pedagógica
con la frase: “revolución a todo trance contra el régimen capitalista”. Frente a la orientación de las posiciones reformistas de exigir al poder político de la instituciones del estado capitalista burgués que cumpla con una serie de peticiones y criterios que les son antagónicos al capital y su estado con su propia naturaleza que es la acumulación de capital. Frente al capitalismo “de rostro humano”, frente al sistema capitalista y su gestión socialdemócrata reformista como mal menor, ¿no va siendo hora ya de que probemos la revolución y la superación del capitalismo, aunque sea como mal menor? Entonces es el momento de construir algo nuevo, un nuevo sistema histórico que trascienda el capitalismo. Es el momento en que tenemos que decidir si somos agentes pasivos o si queremos aportar todo nuestro ser para bien de la humanidad, los pueblos, Andalucía, los y las trabajadoras, de la naturaleza… Como dice una estrofa de la Internacional: “Ni en Dioses, reyes ni tribunos esta el supremo salvador, realicemos nosotros mismos el esfuerzo redentor.”
La clase obrera organizada y consciente del Sindicato Unitario de Andalucía nos proponemos aportar todo nuestro ser para el bien de la humanidad, los pueblos, Andalucía, las y los trabajadores, y de la naturaleza. Y por ello nos proponemos:
1.Participar en la revolución a todo trance contra el régimen capitalista.
2.Fortaleciendo la organización de los trabajadores y trabajadoras en sus centros de trabajo. En sus secciones sindicales del sindicalismo andaluz y anticapitalista.
3.Trabajar en nuestros municipios para que seamos los vecinos y vecinas quienes mandemos y el ayuntamiento el que obedezca al pueblo.
4.Extender la solidaridad, la cooperación y la soberanía entre todos los centros de trabajo, entre todos los territorios de Andalucía.
5.Estrechar lazos de cooperación, solidaridad, ayuda mutua con beneficio recíproco con todos aquellos pueblos que compartan nuestros ideales de libertad y democracia.
6.La elaboración y ejecución de un plan económico para Andalucía junto a todas las fuerzas obreras y revolucionaras andaluzas. Un plan que contenga la equiparación del capital con el trabajo, en la consideración de que capital no es más que trabajo acumulado. Un plan que condene la lucha de clases. Un plan económico que desarrolle las industrias necesarias para la producción de los productos básicos que vengan a cubrir las necesidades materiales y espirituales del pueblo trabajador andaluz. Un plan para que la economía sea planificada de forma democrática entre trabajadores y trabajadoras, poseedores del capital y funcionarios de la administración pública. Que acabe con las contratas y subcontratas. Que acabe con el despido libre. Que acabe, en definitiva, con la dictadura del capital. Por un marco andaluz y democrático de relaciones de producción.
El actual aumento de afiliación, la extensión a otros territorios y el apoyo de muchos y muchas revolucionarias nos animan a persistir en nuestra línea sindical democrática, andaluza, de clase y anti capitalista.
Camaradas:
Viva el 1 de mayo; Viva la clase obrera; y Viva Andalucía Libre
Secretaría Fedral Colegiada
Sindicato Unitario de Andalucía